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Entrevista con Jakob Kirchheim
Transcripción de una entrevista de Astrid Ule a Jakob Kirchheim con motivo de un reportaje de televisión para la Deutsche Welle el día 7/04/1997.

¿Cómo surge una película de linóleo?

Una película de linóleo surge de diferentes maneras. Empecé de una manera muy sencilla, con planchas de linóleo como ésta de aquí (enseña una) y después digamos que escribía unas palabras sobre una de ellas que se descomponían en diversos textos en forma de anagrama y así lentamente se iba construyendo una historia.
Los grabados se filman – de uno en uno – y así dieron lugar a la primera película de linóleo (levanta la plancha). Después empecé a complicar un poco el método, dándole, por un lado, un ritmo mas rápido, al imprimir sobre fotos, y combinar los grabados con imágenes reales…y…si…

¿Y qué te inspira para desarrollar una película de linóleo?

Es un típico work-in-progress: empiezas y sigues, te das cuenta de que algo no encaja, de que todavía no va bien, que hay que añadirle otra cosa… son vivencias, muchas vivencias que se convierten en experiencias, en pequeñas imágenes, en textos, en juegos de palabras… y así se continúa. No hay un guión terminado desde el principio que luego se lleva a cabo.
Cuando ya existen distintos bloques de grabados para la película que todavía no encajan en una secuencia, puede que mas tarde haya una oportunidad de utilizarlos en otra… Suelo trabajar bastante en paralelo, en varios proyectos fílmicos al mismo tiempo, que no quedan claros del todo hasta la fase final, lo que se coloca en cada escena y cómo se publica.

¿Y el tiempo de producción?

Depende de cada caso. Normalmente dura bastante, entre tres meses y algunos años.

¿Y qué relación hay entre el trabajo manual y la técnica moderna?

Esto viene en realidad de una técnica todavía más antigua, que es la de la pintura (como punto de partida) y, en comparación, el grabado de linóleo ya es un medio de reproducción que además se puede manejar de manera muy simple, es decir, que se puede hacer sin tener que emplear muchos medios técnicos.
Realmente es la idea principal y más sencilla de cómo poner imágenes en movimiento (casi como el ”cine digital” en el sentido antiguo, de las imágenes de un librito que se ponían en movimiento al pasarlas con los dedos), pero en otro nivel estético.

¿Cuál es tu relación con las computadoras?

La computadora casi no la utilizo (en mis primeras películas no la usé para nada), pero cada vez me atrae más la idea de trabajar con computadoras. No quiero sustituir el trabajo creativo que he realizado hasta ahora por una computadora, pero se puede corregir, manipular y hacer muchas cosas interesantes. Sin embargo, lo que me atrae de esta “antigua” técnica (entre comillas) es que te pone unas condiciones a las que tienes que atenerte y, en ese marco, puedes hacer todo lo que se te ocurra, hasta donde llegue tu habilidad, pero si tienes demasiadas posibilidades, eso te lleva muy a menudo a producir efectos estandarizados y a una desorientación frente al material, la técnica y la temática.

¿En qué medida influye la gran ciudad en tu arte?

Bueno, Berlín… precisamente al principio tuvo una gran influencia. Tanto visual como lingüística, esa manera de hablar en abreviaturas, de buscar formas cortas para expresiones y palabras, esto lo he incluido durante bastante tiempo en las películas. Y luego también los lugares comunes que existen en la ciudad, me gustaba retomarlos.

¿Nostalgia?

Yo no veo nada “nostálgico en mi trabajo. Que aparezca una relación con los años 20, con grabados en madera, con el expresionismo, supone que es una tradición que influye todavía en muchos pintores actuales y a los que no se les suele preguntar lo que hay de nostálgico en ello (se ríe).
Se trata de un vocabulario estilístico que se puede utilizar igual que el arte pop, el “hard-edge” o la abstracción.

¿Qué es lo antiguo y qué es lo nuevo en las películas de linóleo?

Es un medio sin fronteras. Pero ha funcionado muy bien hasta ahora para encontrar un público el utilizarlo como forma de comunicación, por así decirlo. Se trata de una técnica nueva. Pero no es nueva en el sentido de que ahora quiera hacer todo el mundo películas semejantes, eso está claro. Lo que hoy en día es nuevo es la mezcla de las formas; no se inventa la rueda constantemente, sino que se mezclan formas para que den lugar a cosas nuevas.

¿Qué lugar ocupa para ti la pintura?

Prácticamente ya casi no hago nada que sea pura pintura. Estudié pintura pero empecé a orientarme pronto hacia el cine, hice en paralelo grabados de gran tamaño, grabados con elementos pictóricos, pero el cuadro que es sólo pintura no lo pongo en primer plano.

¿Cómo se complementan la pintura y el cine?

Los cuadros y las películas están estrechamente relacionados, se complementan. Del mismo modo que los cuadros me dan ideas para las películas, estas últimas o sus temas son un estímulo para los cuadros.
Se puede decir que los dos ámbitos coexisten y tienen el mismo valor.

¿Cómo son los conceptos para las exposiciones con pintura y cine?

Normalmente se han proyectado las películas en galerías donde también se exponían grabados que aparecían en ellas.



¿Y ese ámbito que te has creado entre la pintura y el cine es parte de una táctica para ser distinto en el mercado del arte?

Es algo que hoy en día prácticamente no puedo ver así. Tal vez se podría decir que al principio quería escapar a toda posibilidad de encasillamiento… pero hoy ya se ha convertido en mi segunda piel y vuelve a ser una condición de lo que hago más que un exclusivismo voluntario.

El desarrollo de tu cine abarca desde una película con mensajes impactantes 
(“Cuidado con las puertas”) pasando por otras más poéticas hasta llegar a las que son pura abstracción. ¿Cómo piensas continuar? ¿Tienes algún proyecto con un nuevo enfoque político?

La última película con los estados africanos incluye ambos aspectos. Se trata, por un lado, lo político de una frontera y, por otro, se representa de una forma tan abstracta que funciona como un diseño gráfico. Estoy trabajando desde hace ya tiempo en una película que seguramente será un poco más larga ( 30, 40 minutos) y volverá a tratar de África, pero ahora no voy a partir de nuevo del mapa sino que voy a contemplar diferentes puntos de vista ( el político, el estético). También voy a ver exposiciones de arte africano que influye en lo que estoy haciendo… Este es el proyecto en el que estoy trabajando ahora.

¿Qué técnicas has utilizado en tu cine además del grabado de linóleo?

He hecho una película con tinta y acuarela…he pegado fotos y palabras, he hecho collages que unas veces incluían grabados de linóleo y otras no…y últimamente he improvisado con tinta y pinceles directamente sobre el papel para grabarlo con la cámara en una animación cuadro por cuadro.
Además he coloreado y transformado fotos que recortaba de los periódicos. Y sigo lo que sucede en la actualidad, por ejemplo en Zaire, reúno y guardo material sobre estos temas.

Llevas ya casi diez años haciendo películas de linóleo ¿Cuándo te va a llegar el éxito?
( J.K. se ríe y se lleva las manos a la cabeza)

Bueno, yo no creo que con una técnica así pueda alcanzar el éxito. Si lo tuve, fue muy al principio. Ahora se trata de hacer películas interesantes, proyectos interesantes, y siempre ha habido reacciones. Las ha habido hasta ahora y las seguirá habiendo.

¿Cómo empezó tu carrera cinematográfica?

Pues empezó de una forma muy lúdica. Con mi primera película, que había rodado en Super-8, gané un premio en el Festival de Cortometrajes de Hamburgo; después conseguí entusiasmar al director de la sección “Panorama” del Festival de Cine de Berlín y produjimos juntos de nuevo esta primera película pero en 35 mm. Luego hice películas de Super-8 durante dos o tres años que se proyectaron en festivales o en cines y, de esta manera, poco a poco empezaron a tener una difusión más amplia. Después recibí una subvención e hice la siguiente película.


¿Qué táctica tienes para planificar tu carrera?

Cada entrevista de televisión, cada exposición, cada vez que se proyectan mis películas forma parte de mi carrera. Se establecen contactos, se mantienen, a veces hay que esperar, otras pasa algo a muy corto plazo y por sorpresa. No se puede planificar nada al 100 % y tampoco se puede predecir de ninguna manera.
Toda expresión artística que intente ser interesante conlleva un riesgo, y ese riesgo sigue existiendo, pero cuando éste desaparece no es más que `management´ y planificación, que a mí, personalmente… Por supuesto que no puedo prescindir de todo esto, que cada uno tiene que establecer sus contactos, presentarse a otros, tener sus relaciones… pero no es lo más importante el decir que sea como sea tengo que sacarme una carrera de la manga.

Traducción: Teresa Delgado

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